Sostenibilidad a través de la impresión 3D

Si echamos la vista atrás, tecnologías transformadoras como la máquina de vapor, la bombilla o incluso la energía atómica fueron las más innovadoras en su momento. Sin embargo, hoy en día, la sociedad avanza extremadamente rápido en el desarrollo de nuevas tecnologías y, por tanto, herramientas digitales que ayer eran útiles e innovadoras, hoy ya no lo son. En definitiva, nuevas tecnologías como la Impresión 3D/Fabricación Aditiva (AM) están ganando impulso, y esto tiene el potencial de revolucionar el mundo.

Pero, ¿qué es la impresión 3D? La impresión 3D es el proceso mediante el cual algunos materiales, por ejemplo: plástico, vidrio, hormigón, metal, etc., se unen o solidifican gracias al uso de un control informático que crea objetos tridimensionales. Además, los productos se crean de abajo arriba añadiendo una capa transversal cada vez. No obstante, el primer paso de este proceso es crear el objeto, por un lado, mediante un programa de diseño asistido por ordenador (CAD) o, por otro, escanear un mecanismo existente. Después, la impresora creará el objeto, capa por capa, mediante la colocación elegida del material. Será una vez completada la capa cuando la etapa Z baje la plataforma de construcción un grosor de capa, iniciando la deposición de la capa siguiente.

La impresión 3D ha tenido un impacto directo en la producción de componentes de automóviles, componentes de aviones, ortodoncia personalizada y audífonos personalizados. Más concretamente, la impresión 3D es especialmente valiosa porque crea formas complejas que no pueden producirse por ningún otro medio. No sólo requiere un bajo nivel de experiencia del operario, sino que además el objeto creado cumple el objetivo del diseñador. Además, la impresión 3D es un proceso de una sola herramienta que ayuda a reducir los residuos, ya que el material utilizado en este proceso se añade capa por capa, lo que significa que sólo se utilizará la cantidad de material necesaria en la producción.

Por lo tanto, la impresión 3D puede considerarse un proceso de desarrollo sostenible. En otras palabras, la impresión 3D puede describirse como "un desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades" (WCED 1987). Además, este proceso que crea objetos tridimensionales, es capaz de "generar nuevas formas de consumo, estilos de vida, educación social y comportamientos colectivos -la llamada cultura de la Sostenibilidad" (Manzini 2003).

En conclusión, como se ha dicho al principio de este artículo, la impresión 3D y la fabricación aditiva (AM) están ganando impulso, y esto tiene el potencial de revolucionar el mundo. Es por ello que ha llegado el momento de hacer uso de ella y reducir la huella de carbono del transporte y la fabricación, disminuir la energía necesaria para la producción de un producto o incluso eliminar el exceso de producción o la producción no vendida junto con los costes de almacenamiento de inventario. Como afirman Manzini, Jégou y otros (2003), la impresión 3D "puede producir innovaciones e impactos significativos tanto en la industria como en contextos informales orientados a la sostenibilidad".